En un reciente foro dedicado a la inteligencia artificial, expertos del sector han debatido sobre el futuro de los agentes autónomos en las empresas, señalando que podría tomar entre cinco y diez años alcanzar su madurez completa. La sesión, parte del AI Directors y organizada por AI-Network, reunió a más de 50 líderes empresariales para explorar las oportunidades y desafíos que plantea esta tecnología emergente.
Durante las ponencias iniciales, representantes de las empresas NFQ y BIP Spain presentaron su visión sobre la evolución de los agentes de IA en el ámbito empresarial. Ángel Galán, de BIP Spain, destacó que aunque las organizaciones ya emplean agentes de IA en procesos básicos, el verdadero potencial de estos agentes aún no se ha comprendido plenamente. Galán subrayó la importancia de seleccionar el agente adecuado para cada situación, afirmando que el objetivo debe ser agregar valor al negocio por encima de seguir tendencias.
Por su parte, Santiago Castro, de NFQ, abordó mitos comunes sobre la autonomía de los agentes, insistiendo en la necesidad de integrarlos efectivamente con los procesos empresariales vigentes. Según Castro, es esencial crear un entorno donde los agentes no solo sean implementados, sino que actúen como aliados en la toma de decisiones y la mejora de procesos.
A pesar del optimismo sobre la implementación de agentes de IA, se reconoció que muchas empresas aún se encuentran en fases experimentales y que todavía no han escalado soluciones efectivas. Los participantes del foro identificaron la complejidad de los sistemas corporativos y la desconfianza hacia la autonomía de estas tecnologías como obstáculos significativos. Tomás Martínez Bueno, presidente de AI-Network, subrayó la resistencia natural a delegar decisiones críticas en la IA, instando a las empresas a formar a sus empleados para que puedan trabajar efectivamente con estas herramientas.
El foro también resaltó la importancia de programas de formación que preparen a los equipos para un futuro donde los agentes de IA no solo aumenten la productividad, sino que sean colaboradores vitales en la gestión de tareas repetitivas y decisiones estratégicas.
Asimismo, se discutió sobre la necesidad de una buena gobernanza y la alineación de la tecnología con los objetivos estratégicos de las organizaciones. Los asistentes coincidieron en que el cambio cultural y la disposición a adaptarse son factores claves para aprovechar el potencial de la IA. También se hizo hincapié en la necesidad de un marco legal claro, como el AI Act europeo, para guiar una implementación responsable y ética de estos agentes.
El evento concluyó con un mensaje optimista pero firme sobre la importancia de crear una base sólida, integrar estratégicamente a los agentes de IA y acompañar estos cambios con formación y una cultura de confianza en la tecnología. Los expertos esperan que, en los próximos cinco a diez años, las organizaciones superen los desafíos actuales y logren un despliegue significativo de estas tecnologías como verdaderos orquestadores de procesos.