En 1975 el maestro José Antonio Abreu comenzó uno de los proyectos más bonitos y reparadores de los últimos tiempos, usando para ello el hilo conductor de la Música, montando una orquesta, la Orquesta Sinfónica Simón BolÃvar parte a su vez del Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela. Los músicos de esta orquesta provienen de todos los lugares de Venezuela y son chicos y chicas sacados de las calles y adolescentes sin recursos económicos, siendo en un principio 11 músicos que con el tiempo y él duro trabajo pasaron a ser 250.000 menores repartidos en unas 200 orquestas diseminadas por todo el territorio Venezolano.
La Simón BolÃvar ha llegado a convertirse en una orquesta de reconocido prestigio a nivel mundial, trabajando con importantes directores e interpretes, recorriendo en diferentes giras Europa, Asia, América y recibiendo las alabanzas de crÃtica y publico. Personas como Simon Rattle, director de la Filarmónica de BerlÃn, decÃa que es un ejemplo para adoptar por la música a nivel mundial y que «No sólo se trata de una cuestión de arte, sino de una profunda iniciativa social. El Sistema ha salvado muchas vidas y continuará salvándolas».
Ya se ha comprobado que el sistema es exportable y sus resultados visibles, ayudando a montar proyectos similares en varios paÃses de todo el mundo que yo personalmente espero que triunfen todos, no solo ya por la ayuda prestada a muchos niños que no tendrÃan ninguna otra oportunidad, sino por lo que esos niños dan al publico que los ven, haciendo vibrar al que los escucha, viendo la pasión por la música en estado puro y quizás dejando un poco de lado puntos como las técnicas mega depuradas, abriendo más el mundo de la música clásica, sin ser un entendido pero sintiendo la música en todo su esplendor.
Para concluir y ver de lo que hablo, aquà tenéis un vÃdeo de la Orquesta Sinfónica Simón BolÃvar en acción, nada más y nada menos que en el Royal Albert Hall durante el Proms número 48 celebrado este Agosto, donde el público reventó el auditorio como pocas veces ha sucedido en el Albert Hall: