Cloud Computing y el acceso a nuevas tecnologías

En medio de todo lo que rodea al Cloud Computing, una cosa está clara y es que se trata de una tecnología que no está pasando desapercibida para nadie. Las muchas posibilidades que ofrece a los usuarios lo han colocado en el modelo por el que más se decantan las empresas hoy en día.

A las ya conocidas ventajas que ofrece este tipo de servicios como es el pago por demanda y su alta escalabilidad en tiempo real, hay que resaltar otra característica interesante que no ha pasado desapercibida para los negocios que han apostado por ella. Se trata del acceso a nuevos elementos tecnológicos que aporta un plus a estos servicios.

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Muchos de estas tecnologías estaban accesibles en los servicios de hosting tradicional, pero se trataban de servicios caros y que en muchas ocasiones las empresas no se podían permitir. Una de estas tecnologías disponibles en el cloud computing es el uso de balanceadores de carga cuyo objetivo es distribuir el tráfico entre dos o más servidores. Esta distribución se lleva a cabo por medio de un algoritmo que es capaz de distribuir el trabajo de forma equitativa entre los distintos servidores, evitando de esta forma el problema conocido como “cuello de botella”.

La seguridad es otro factor donde se hace mucho hincapié en las infraestructuras Cloud, de ahí que se pongan en marcha barreras que impidan posibles ataques sobre la infraestructura. Entre estas barreras está el uso de Firewall, un conjunto de dispositivos encargados de gestionar todo el tráfico que pasa por la red, analizándolo y bloqueando aquellos que no cumplan las reglas establecidas. Además del cortafuego, es habitual utilizar otros sistemas de seguridad que se encargan de analizar los datos recibidos protegiéndolos contra ataques del tipo SQL Injection o XSS.

Los usuarios que contratan un servicio Cloud también tienen acceso a un sistema de red totalmente redundado que van desde los switches hasta los nodos para de esta forma garantizar la máxima disponibilidad del servicio y que los riesgos de caída sean nulos o mínimos. Si fallara un servidor, se levantaría otro de forma inmediata sin que el cliente detectara ningún tipo de anomalías en el servicio.

Los datos que se suelen almacenar en este tipo de infraestructuras suelen ser datos críticos. La más mínima pérdida de información puede tener una importante repercusión económica negativa para el cliente. Para evitar esta situación, se utiliza sistemas de cabinas de almacenamiento con discos en RAID que evita la pérdida de datos si falla algún disco.

Toda esta tecnología puesta al servicio del Cloud, lo convierten en un producto muy deseable para las empresas.

Si queréis saber más sobre las tecnologías que forman parte del Cloud, en la web de Arsys podréis encontrar más información al respecto.

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