La última gran actualización de Windows 11, identificada como 24H2 (KB5063878), se está convirtiendo en uno de los movimientos más polémicos de Microsoft en los últimos años. Lo que en teoría debía ser una mejora de seguridad terminó revelándose como un “update asesino”, capaz de provocar pérdida de información e incluso dañar físicamente discos SSD y algunos modelos de discos duros tradicionales.
Según reportó Neowin y corroboraron usuarios en Japón y otros países, los efectos no se hacen visibles de inmediato. Los problemas más graves aparecen tras varias semanas de uso intensivo, lo que lo convierte en un fallo de mediano y largo plazo que puede afectar a miles de personas sin que lo sospechen a tiempo.
¿Qué ocurre con la actualización?
El error parece producirse bajo operaciones de escritura pesada, especialmente cuando los discos superan un uso del 60 % del controlador y se realizan escrituras continuas de más de 50 GB. En esas condiciones, los sistemas afectados empiezan a mostrar síntomas claros:
- Unidades que desaparecen del sistema operativo.
- Errores en los sistemas de monitorización SMART.
- Archivos corruptos o imposibles de recuperar.
En algunos casos, tras reiniciar el ordenador la unidad vuelve a ser reconocida, pero el fallo se repite al poco tiempo, lo que apunta a un problema en el subsistema de caché de Windows o una fuga de memoria en la zona de caché del sistema operativo.
Los SSD más afectados
Los informes iniciales apuntan a que los SSD con controladores Phison, especialmente los modelos sin DRAM (DRAM-less), son los más vulnerables a fallar con volúmenes de escritura más bajos.
Incluso se han registrado casos similares en discos duros empresariales (HDD) sometidos a cargas intensivas. El patrón recuerda al escándalo del WD SN770 y el Host Memory Buffer (HMB), aunque en esta ocasión deshabilitar HMB no soluciona nada.
Una historia que viene de atrás
El fallo no es completamente nuevo. En octubre de 2024, Microsoft ya había tenido que reconocer un problema similar en la gestión de la caché de Windows. En junio de 2025, volvió a aparecer tras descubrirse que Western Digital y SanDisk no habían informado correctamente a los usuarios sobre los parches de firmware necesarios.
Ahora, con la llegada de la actualización 24H2, la pesadilla resurge, afectando a modelos de diferentes marcas y generando desconfianza entre usuarios y empresas que dependen de Windows 11 para su día a día.
Microsoft y Phison responden
Tras la oleada de reportes, Phison emitió un comunicado confirmando que está investigando los efectos de la actualización junto a socios de la industria:
“Entendemos la disrupción que esto ha causado y hemos iniciado una revisión inmediata de los controladores potencialmente afectados. Estamos trabajando con nuestros partners para dar soporte y garantizar cualquier medida de corrección necesaria”.
Por el momento, Microsoft no ha emitido un plan de mitigación oficial más allá de las recomendaciones habituales de respaldar datos y evitar la actualización en equipos críticos hasta nuevo aviso.
¿Qué pueden hacer los usuarios?
Mientras Microsoft prepara un parche definitivo, la comunidad tecnológica recomienda algunas acciones preventivas:
- Hacer copias de seguridad inmediatas en discos externos o soluciones en la nube.
- Desinstalar la actualización KB5063878 si se identifica como instalada en el sistema.
- Deshabilitar las actualizaciones automáticas en entornos de producción o servidores sensibles.
- Monitorizar el estado SMART de los discos para detectar fallos tempranos.
Un golpe a la confianza
La actualización 24H2 iba a ser uno de los hitos de Microsoft en 2025, con mejoras en seguridad y compatibilidad con nuevas arquitecturas de hardware. Sin embargo, el incidente ha puesto de nuevo en el centro del debate la confianza en los parches automáticos.
El hecho de que los daños puedan aparecer semanas después de la instalación multiplica el riesgo para usuarios domésticos, pymes y grandes corporaciones.
Conclusión
El “update asesino” de Windows 11 24H2 es un recordatorio de que incluso las grandes tecnológicas pueden cometer errores catastróficos en sus ciclos de actualización. Aunque no todos los usuarios se han visto afectados, el alcance potencial es enorme y evidencia que la ingeniería de software a escala global sigue siendo frágil cuando se enfrenta a la diversidad de hardware existente.
Por ahora, la mejor receta es la de siempre en informática: precaución, respaldos y esperar a que Microsoft publique un parche oficial que solucione definitivamente este problema.
Preguntas frecuentes (FAQ)
1. ¿Qué versión de Windows está causando problemas?
La actualización Windows 11 24H2 (KB5063878) publicada en julio de 2025.
2. ¿Qué hardware se ve más afectado?
Principalmente SSD con controladores Phison sin DRAM y algunos HDD de uso intensivo.
3. ¿Se pierden datos de forma inmediata?
No siempre. El fallo suele aparecer tras cargas de escritura pesada y, en ocasiones, semanas después de instalar la actualización.
4. ¿Qué recomienda la comunidad tecnológica?
Respaldar datos cuanto antes, desinstalar la actualización en equipos sensibles y esperar nuevas directrices de Microsoft.
vía: neowin.net