La decisión (con mayusculas)

Tener o no tener hijos es una decisión importante donde las aya. Yo a estas alturas del partido no lo tengo nada claro aún.

Las ventajas son que, según dicen, tener descendencia es de las mejores experiencias de la vida, te proporciona sensaciones nunca imaginadas, momentos especiales, felicidad y no se cuantas cosas más.

También hay desventajas (demasiadas).

Uno de los primeros problemas está en el hecho en sí mismo. Es una decisión tan importante que ¿en que debemos basarnos para tomarla?

Condiciones económicas: en la actualidad y en nuestra sociedad para tener un hijo hace falta tener dinero. Hace falta para darle una educación, para proporcionarle un estatus social más o menos aceptable, una vivienda, alimentación etc etc.

Condiciones personales: es imprescindible tener unas condiciones personales estables, unos ingresos regulares y constantes, la vivienda de la que antes hablaba, una pareja (esta condición no la veo totalmente necesaria pero es otro punto a favor tenerla, hombre-mujer, hombre-hombre, mujer-mujer, para mi esto no influye en absoluto. El que diga lo contrario que así lo manifieste y yo procuraré contestarle en el tono más amable que me salga).
También necesitamos que nuestra persona ya este formada totalmente.

Condiciones sociales: Esto ya es más complicado. ¿Como tener un hijo en un entorno social que a ti no te simpatiza y que no sabes en que puede desembocar viendo como están las cosas actualmente?.

Aún cumpliendo esas premisas queda el tema de si se tiene la suficiente convicción de que serás capaz de educarlo, a trasmitirle valores decentes, a protegerlo de la vorágine de la vida hasta que él mismo se plantee estos mismo temas.

Y por otro lado está el siguiente planteamiento que para mí es otra justificación para no traer a otra persona más a este mundo duro, con demasiadas preguntas, problemas, sufrimiento y cosas poco agradables. La cuestión es que todos nosotros nos desarrollamos en un sistema social en el que el REY es el capital y las apariencias, muchas de nuestras decisiones se encuentran condicionadas por el exterior e interiormente por nosotros mismos.

No se decide si algo está bien o mal, si es lo oportuno o no, si es el momento o no. Simplemente se hace por que así lo exige la sociedad en la cual es necesario cumplir con unos cánones de familia, trabajo y casa. Te encuentras con 35 años y todo el mundo imagina que ya estarás casado y que tendrás hijos. Si no es así automáticamente se comienza a comentar los por qué de tu decisión, de por qué te sales del rebaño. Y no lo entenderán y esto creará un rechazo hacía tu persona por la gran mayoría, duele.

Como esa decisión duele llegará un momento que empezarás a plantearte si estás haciendo lo correcto o si te estás equivocando y deberías volver al redil.

Y aquí el segundo punto del planteamiento. Estás tomando una decisión por condiciones externas a ti mismo y por razones caprichosas. No es que tu sepas o no si quieres tener un niño (esto ya da igual), es que intentas mantener una decisión contraria a la general y produce unos efectos que no te gustan y que desestabilizan tu entorno. Decides que eso tiene que terminar, que tu tendrás un hijo como todo el mundo y listo. Por que TÚ quieres, por que A TI te conviene.

Es una decisión de adquisición de algo como otra cosa cualquiera. Es un simple y vil capricho el cual te das por que te lo puedes permitir, quieres tener una personita en tu casa igual que tu primo Juan (que es un zote de tres pares), lo deseas.
Toda tu vida as luchado para ir adquiriendo nivel y cosas, como toda tu vida as funcionado así esto solamente es otra “compra” más.

Particularmente he decidido dejar el tema aparcado por el momento ya que me preocupan otros temas que tengo por solucionar.
Las cosas dan muchas vueltas y las opiniones y reflexiones cambian o se matizan.
El tiempo dictará sentencia. Solo espero que cuando me toque decidir este punto recuerde toda esta verborrea aquí expuesta y no equivocarme, porque aquí no hay marcha atrás o parches.

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