Una reciente controversia ha sacudido al mundo del software de código abierto. Se ha revelado que una organización semi-gubernamental, con ingresos de aproximadamente 130 millones de dólares, ha estado explotando la política de prueba gratuita de 30 días de Xen Orchestra y XCP-ng durante una década. En lugar de pagar por los servicios gestionados o autogestionar una versión de código abierto, la entidad creó cuentas ficticias para extender indefinidamente el período de prueba.
Según Olivier Lambert, CEO de Vates y creador de Xen Orchestra, este comportamiento demuestra una flagrante falta de respeto hacia el trabajo de los desarrolladores de software de código abierto. Aunque la empresa ofreció su apoyo a la organización en varias ocasiones, sus intentos se encontraron con una constante evasión de un compromiso formal.
Las investigaciones apuntan a que alguien dentro de la organización creó un script automatizado para generar nuevas cuentas de prueba con correos falsos. Sin embargo, tras la salida de esa persona, el conocimiento sobre el funcionamiento del sistema parece haberse perdido. La empresa continúa beneficiándose de esta estrategia para evitar pagar una licencia adecuada.
La falta de ética está causando indignación en la comunidad, que critica la complicidad en el abuso sistemático del sistema de pruebas gratuitas. Muchos se preguntan cuán ajenos pueden ser los directivos de dicha organización al uso indebido de recursos de código abierto bajo su autoridad.
Este caso pone de relieve el eterno problema del «free-rider» en el mundo del software de código abierto: cuando grandes entidades se benefician del esfuerzo ajeno sin ofrecer retribución alguna. La comunidad espera que este escándalo sirva como un llamado de atención para todos aquellos que dependen del trabajo desinteresado de desarrolladores de software de código abierto.
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