Todo aquel que haya trabajado o escuchado hablar sobre el cloud computing sabrá que una de sus principales ventajas es la posibilidad de pagar únicamente por aquellos recursos que tenga contratado, lo que supone un importante ahorro económico para los usuarios que se decanten por este tipo de productos.
El cloud ha dejado de lado la necesidad de tener que contratar ciertos recursos sin saber a ciencia cierta si realmente los necesitábamos y ahora, gracias a este modelo de negocio, cualquier empresa o particular puede empezar su negocio con unos mÃnimos recursos y según vaya necesitando los puede ir ampliando, pagando en todo momento por aquello que utiliza.
De forma habitual, a la hora de contratar un servicio en la nube, nos encontraremos con tres modalidades de pago diferente.
La primera de ellas es el pago por hora, una modalidad en la que el usuario sólo pagará por los recursos que utilice por hora. En este sentido, si se tuviera apagada la máquina, tan sólo pagarÃamos por el espacio del disco utilizado, pero nunca por la CPU o la memoria RAM. Para controlar en todo momento lo que llevamos consumido, los proveedores suelen ofrecer en el panel de administración una estimación de lo que se lleva utilizado. Esta opción está pensada para aquellos proyectos que sólo estarán activos durante determinados periodos de tiempo, por ejemplo una aplicación que únicamente estará activa mientras se celebra un determinado evento deportivo como pueden ser unos Juegos OlÃmpicos.
Otra de las opciones que nos encontramos es pagar una cuota fija al mes por los recursos contratados. Con esta opción conseguimos reducir aún más el precio del servicio pero tiene el inconveniente de que aunque no estemos utilizando los recursos, habrÃa que realizar el pago de la cuota fijada. Esta opción tiene la ventaja de que en todo momento sabremos el coste que tendremos que abonar al mes. Además, si en algún momento necesitamos ampliar recursos por un tiempo determinado, se podrÃa hacer sin problemas, pagando esa ampliación durante ese periodo de tiempo, como si se tratase por un pago por hora. Se trata del mejor modelo de pago para aquellos proyectos que estarán activos durante varios meses como puede ser una aplicación encargada de dar a conocer un determinado producto o servicio.
Por último nos encontramos el pago por cuota anual, una modalidad similar al pago por mes pero con un precio menor al establecer un contrato de larga duración. En este caso, es la mejor opción para proyectos pensados para que duren en el tiempo, como puede ser una aplicación web de una empresa o un portal de juegos donde, en caso de necesidad, se puede ampliar los recursos contratados de forma inmediata.
Si quieres saber cuál es la mejor opción para tu negocio de las que acabamos de comentar, os invitamos a visitar la página de Arsys.