Jamendo ha vaciado sus arcas de capital y podría estar en venta. El proyecto basado en un negocio de música con licencia Creative Commons se dice que busca compradores, y no son pocos los que apuntan como fracaso, y apuntando a Jamendo como prueba, el negocio a partes iguales en este ámbito cultural.
Soy el menos indicado para entrar a juzgar este tipo de iniciativas que intentan desvincularse de un negocio que está estipulado exactamente igual en todo el mundo, por lo que no puedo hablar de que Jamendo ha intentado ir contracorriente, a pesar de que la idea y planteamiento parece buena. Pero sí quisiera recordar que, al margen de lo que marque Jamendo o lo que marque el mercado en general, ambos tienen varios enemigos que son ahora mismo imbatibles.
A Spotify o Grooveshark debemos sumarle otro enemigo que se llama gratis. Este enemigo pone casi todo el catálogo musical mundial a disposición de cualquier usuario mediante redes P2P y similares. Y si este mercado alternativo ya ataca directamente a modelos de negocio plenamente consolidados como el musical, no quiero ni pensar cómo debe afectar a proyectos igualmente musicales pero desmarcados de lo que marcan los cánones, y todo esto se acumula sobre cualquier tipo de gestión interna, tanto si es mala como si es buena, solo que si es mala se nota más, como posiblemente le ha pasado a Jamendo.
No se puede dar a Jamendo por muerto, solo que ahora mismo el futuro para el proyecto se augura negro. Veremos como termina.
